30 de junio de 2009

• Ni Calderón ni Zavala respetan el Estado laico

Una vez más Felipe Calderón, el terrible FECAL, como decía la abuela: “se volvió a zurrar fuera de la bacinica”. Al asegurar que los jóvenes que se drogan, “es porque no creen en dios”, expresa una opinión equivocada y de nueva cuenta transgrede la naturaleza del Estado laico que representa que, le guste o no, ha de conducirse con apego a los avances del progreso científico y ser completamente ajeno a cualquier credo religioso. Esto, como abogado, debe saberlo si conoce el texto de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, por lo menos el artículo 3º.
Otro político que continuamente invoca a dios en cuanto discurso tiene la oportunidad de pronunciar es el preferido de Mario Marín para sucederlo en el cargo de gobernador, todo Puebla sabe que es Javier López Zavala, que casi siempre termina sus intervenciones con el consabido “que dios los bendiga”.
Político que invoca a dios públicamente es casi seguro un perverso polimorfo que le atribuye todo lo que sucede en el mundo a la voluntad de dios. ¡Aguas! Es otro tirano en potencia que sólo va a cumplir con la “voluntad de dios”.
La pobreza, la marginación, la miseria, los desastres naturales, pero también la riqueza, el poder, la posición y hasta la última hoja que se cae de los árboles, todo sucede –según él- por voluntad del dios omnipotente, que no ha de ser tan omnipotente que tiene milenios de no poder acabar con su principal enemigo que es el diablo, que él mismo creó, y ni siquiera con la ayuda del arcángel Miguel, de las once mil vírgenes y de la corte celestial que lo acompaña en los cielos. De cualquier modo es un dios que privilegia y bendice a unos, y maldice a otros, y a quienes no creen en él los condena a sufrir el fuego eterno en el infierno, no obstante se dice que es infinitamente misericordioso y que nos ama, e incluso nos premia siempre y cuando hagamos su voluntad que es la de creer en él y cumplir con sus mandamientos que los primeros en incumplirlos son los que se dicen sus seguidores.
Ya vimos que “milagritos” viene realizando todos los días el creyente de Felipe Calderón, no vaya a ser que el sucesor de Marín, sea Zavala, porque entonces sí, otra vez como decía la abuela: “que dios nos agarre confesados”.